1820, una revolución mediterránea. El impacto en España de los acontecimientos de Portugal, Italia y Grecia
Palabras clave:
1820, revolución, liberalismo, Constitución de 1812, internacionalismo, RestauraciónResumen
La revolución española de 1820 inició, solo cinco años después de clausurado el Congreso de Viena, el primero de los ciclos revolucionarios que pondrían fin al sistema de la Restauración. Su carácter “periférico”, mediterráneo, y que solo la independencia de Grecia, donde los acontecimientos de España habían tenido menor influencia, pudiese consolidarse la relegaron a un relativo segundo plano. Solo la historiografía de los cuatro países que conocieron los principales movimientos revolucionarios — España, Portugal, Italia y Grecia — le ha dedicado más atención aunque, sobre todo en el caso español, menos de la que se merece. Uno de los rasgos destacables de este ciclo revolucionario es el internacionalismo, que se manifiesta en la simpatía que provoca entre los liberales de todo el continente y en la solidaridad entre la opinión liberal de los cuatro países. La prensa siguió con atención y entusiasmo o con temor las noticias de lo que en ellos sucedía y la intervención austriaca en Italia provocó fuerte agitación en España, que se convirtió en receptora de exiliados políticos, sobre todo italianos. Las Cortes aprobaron en 1820 la primera ley de asilo española.
Recibido: 10-03-2014
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Derechos de autor 2014 Istituto di studi storici Gaetano Salvemini, Torino
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